viernes, 27 de abril de 2012

Preocupante la perspectiva en el Bajío - Proyecto Universo


En varias ocasiones hemos escuchado que Wirikuta tiene una tradición minera de 200 años.Habría que preguntarse qué beneficios ha dejado esta actividad a los habitantes de la región.
Habría que preguntárselo a las personas que ahí viven y a quienes conocen bien su historia. Mi impresión es que los beneficios han sido escasos. Uno pensaría que las comunidades de la zona deberían ser prósperas y con niveles muy bajos de pobreza. Parece que no es el caso.
Lo que sí sabemos es que hay sitios gravemente contaminados como resultado de operaciones mineras.
La empresa First Majestic Silver Corp.  propone la obtención de un concentrado de plomo, plata y zinc empleando un proceso de flotación. Este tipo de producto ya se ha explotado y este mismo proceso ha sido ya implementado en la región, y conocemos algunas de las consecuencias. Brevemente, el proceso consiste en triturar y moler el mineral en partículas muy finas que son separadas en un tanque de flotación, donde el material con valor se adhiere a una espuma, que flota, mientras el desecho queda en el fondo del tanque.
En la comunidad de la Paz, cerca de Matehuala, se aplicó este proceso. La planta cerró en los años 60 y los desechos siguen ahí. Son partículas tan finas como el talco, con una alta concentración de arsénico. El viento las puede transportar muy lejos. El valle donde se asienta Matehuala está cubierto de arsénico, las plantas y mantos freáticos han absorbido arsénico.
La empresa First Majestic afirma que los químicos a utilizar son inocuos y biodegradables, pero no existe la minería inocua. La minería es una actividad humana que deja huellas profundas. La palabra biodegradable se ha convertido en una fórmula mágica, pero por sí sola no tiene sentido. Si nos transportamos un millón de años en el futuro, todo lo que tenemos ahora se puede considerar biodegradable, la tierra puede digerirlo todo. Por otra parte, biodegradable no es sinónimo de no tóxico.
Las concesiones mineras están delimitadas por lo que las empresas llaman un polígono. En la realidad, los sitios de confinamiento de residuos pueden fácilmente, por efecto de fuerzas naturales, rebasar estas fronteras, como en el caso del arsénico, como en el caso de un deslave de una presa de desechos que, al ser analizados el año pasado en la U de G, mostraron contaminación por plomo y arsénico en muestras animales y vegetales.
En lo que toca al consumo de agua, First Majestic Silver Corp propone el uso únicamente de aguas negras domésticas, sometidas a tratamiento. Esto parece una broma. No es técnicamente viable la operación de un proceso de flotación empleando únicamente agua tratada. Esto nos habla de las estrategias de estas empresas: si se confirman las concesiones y se autoriza la explotación; si arrancan operaciones, no habrá ya manera de detenerla, ni de evitar la perforación de pozos, ni la contaminación de suelo, agua y aire.
La minería es una actividad importante en nuestra civilización, pero no es sustentable bajo ningún punto de vista. No podemos sembrar plata y esperar que crezca remplazando la que extraemos. Las empresas mineras explotan una veta durante 20, 30 o 40 años, y se van. Dejan los desechos y un suelo erosionado, deforestado y seco.
Numerosas empresas mineras tienen sede en Canadá y reúnen fondos internacionales. Inicialmente estos consorcios se crearon para explotar los enormes recursos mineros de Canadá, pero en algún momento quedó claro que era mucho más rentable explotar yacimientos en América Latina. En Canadá está prohibido el uso de cianuro para la obtención de oro. En México pedimos muy poco a cambio de minerales. Las autoridades a cargo de la protección ambiental permiten casi cualquier cosa y aceptan casi cualquier cosa como medida de mitigación. ¿Qué beneficios obtendrían realmente los habitantes de Wirikuta de estas nuevas operaciones mineras? ¿Qué conclusiones nos pueden dejar historias de impunidad como la de minera San Xavier? Ahí están los antecedentes de envenenamiento por plomo en Torreón y el triste caso de Cromatos de México, en Lechería, en los años 60. En Guerrero, los ejidatarios que rentaron tierras a Goldcorp saben ya que sus tierras no volverán a producir nada en varias generaciones; saben ya que no podrán volver.
Hace un año, la Jornada publicó que el Banco de México compraba 100 toneladas de oro para sus reservas, y que empresas extranjeras habían extraído tres veces esa cantidad en 10 años. Esto es normal, porque el oro es refinado en Canadá, a partir de un material concentrado enviado desde México.
En Wirikuta es preocupante la perspectiva en el Bajío, donde cerca de la mitad del área protegida está concesionada en el llamado Proyecto Universo. Por las características del suelo y del territorio, lo más probable es que la explotación sería, en este caso, en un tajo abierto y usando químicos agresivos para obtener valores de oro. Esto causaría una devastación amplia e irreversible, y la destrucción de Wirikuta.
Existen sitios en México en que los ecosistemas pueden amortiguar con relativa rapidez los efectos de la minería, pero Wirikuta es un ecosistema pequeño, es único en el mundo, es irremplazable y frágil. No es un desierto de dunas de arena, es un jardín bellísimo y sagrado.
Los mexicanos deberíamos poder plantear qué beneficios esperamos obtener por nuestros recursos naturales y poder decidir dónde sí y dónde no y dónde no extraerlos, y en Wirikuta No. No nos conviene. Nos arrepentiremos si dañamos este sitio.
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Notas para el foro Wirikuta, el derecho a lo sagrado. Mesa redonda Biodiversidad y Minería en Wirikuta
Senado de la República,
19 de abril de 2012
Pedro Roquero
Ing Químico UNAM
Fuente:
Frente en Defensa de Wirikuta  Tamatsima Wahaa

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