miércoles, 4 de junio de 2014

Cazadores de luz (cuarta parte)



Cuando alguno de los cazadores siente inspiración, se acerca al altar, toma una flecha, un color, mastica el copal, escribe un llamado y luego raspa un diseño para que el mensaje llegue a donde debe. Otra persona decora una jícara para que esa flecha-rezo se asiente. Como la dirección de destino-remitente. Enseguida se escucha el canto de un río, en ese sonido llega uno o dos encargados del elemento que corresponda, se revisa la flecha, la presentan ante el fuego y así se va haciendo una cacería muy especial: se va llenando de flechas y cuencos la mesa. 

La bisabuela llega, se sienta cerca del fuego y pide chocolate. Se soba su pierna. Al rato llega un lobo chimuelo. La bisabuela lo llama y le da un bastonazo -suavecito- lo regaña. Resulta que el lobo atarantado mordió una pierna de la bisabuela, pensando que era un mixiote de venado, pero resultó ser una piedra de colores exquisitos en la ladera de ese lugar llamado las Narices. "Pareces coyote lobo despistado". Los coyotes se ríen, pero no se acercan. 

Todos beben chocolate, los ríos siguen llegando. En las nubes lejanas los relámpagos hacen una fiesta.

Le dan chocolate con pinole al fuego, a cada jícara y flecha del altar y a todos los presentes, se saluda en el canto a los lugares por donde pasan los minerales y junto con ellos el agua. 

Una mujer río se para junto a la bisabuela y les pide a todos que digan de una vez qué van a entregar porque las peticiones son en realidad palabra y firma en donde cada uno de nosotros nos comprometemos a cuidar la vida. Y el que no cumple pierde los dientes o recibe los flechazos de su propio engaño en forma de enfermedades o piquetes de alacrán o de culebra. 

La bisabuela golpea el suelo con su bastón y las serpientes danzan alrededor del fuego y entre los pies de todos, parece que bailan, los músicos-flores-velas aprovechan y se ponen a tocar mientras la voz muy antigua de la abuela le dice al agua y al venado maíz que brote con ganas por todos lados porque para la fiesta que viene quiere comer tamales de venado.

Ahora sí todos bailan hasta que el cielo se pinta con la cola de las guacamayas. Corazones llenos de luz.


Y nos queda una...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.